Dos de la tarde día lunes, llego a casa del trabajo, con algo más que hambre atroz. Heladera, horno, alacenas. Nada por aquí, nada por allá. Detrás mío anda Justi (ella ya comió en lo de mi suegra, obvio, a mí que me parta un rayo, pero eso es para otro post) y me dice: -mamá, querés que te haga una sopita para calmar tu hambre? Mi vidaaa!!! no, mi amor, ya como yogur con cereales.
Se va a mi cama, estamos las dos solas: -mami juguemos con los juguetes de Facu. -No, hijita estoy muy cansada, me duelen los pies! -querés que te haga masajes así te pasa el "lolor". Tanta ternura me puede! bueno bebé juguemos un ratito. -Gracias, mamá (abrazo incluido) eres mi mejor amiga!!!!
lunes, 30 de julio de 2012
viernes, 27 de julio de 2012
Trabajos forzados
Doce del mediodía, mientras la carne está en el horno y las verduras hierven, aprovecho para hacer un informe en la compu, que debo presentar esta tarde. Me paro y voy a la cocina a controlar que nada se esté quemando. Cuando vuelvo, mi silla está ocupada por mi hija de tres años. ¡¡¡Justi!!! -dame la computadora!!! necesito terminar un trabajo!! y la niña en cuestión, muy parsimoniosa - mamá, "vayate" a la cocina, ahí tenés mucho trabajo!!!!
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